Adaptación de la novela de Scott Turrow por el director Alan J. Pakula (fallecido ocho años después) y con el protagonismo de Harrison Ford.
La historia tiene un buen comienzo y mantiene mi interés por el tema (el asesinato de una fiscal que tenía un affaire amoroso con el compañero que ahora investiga su caso) y la narración en la que se van desvelando partes de la trama con flashbacks. De este punto de partida se pasa a una parte más previsible y hasta aburrida en lo que es el proceso judicial.
Raul Julia como abogado defensor se me hace algo cargante y Harrison Ford que, en esos años que van de finales de los ochenta a la década de los noventa, era uno de los actores mejor valorados; muestra sus carencias interpretativas, sobre todo esa falta de gestualidad facial que a mí siempre me ha parecido bastante evidente en su rostro. Me gustan más otros actores que intervienen como Brian Dennehy, y las dos chicas Bonnie Bedella y Greta Scacchi.
El resultado se me hace acartonado y con facilidad para imaginarme lo que va a ocurrir en su parte final. Su director tampoco tiene una filmografía que me apasione, recordando como lo mejorcito de lo que conozco de ella, Sophieś Choice (La decisión de Sophie, 1982) e insistiendo en que me aburrí bastante con All the President's Men (Todos los hombres del presidente, 1976).
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