He vuelto a ver ésta película, una de las más míticas de las que dirigió Alfred Hitchcock. Creo que es la vez en la que más me ha fascinado. Funciona con una maestría absoluta.
James Stewart y Kim Novak bajo la batuta de Hitchcock interpretan una historia amorosa en la que un policia retirado investiga a la esposa de un amigo para acabar enamorándose de ella. Todo da un giro radical en la última parte. Me da pena contar el argumento por si alguién lee estas líneas sin haberla visto por lo que aviso a los posibles navegantes que lo siguiente es un spoiler en toda regla....
La esposa se suicida y el policía no puede hacer nada por salvarla ya que su vértigo se lo impide. A partir de aquí, la trama consiste en que éste intenta recrear a su amada en una nueva mujer que ha encontrado, con la que tiene cierto parecido. El director usa su genial idea del suspense revelándo al espectador que es la misma mujer (todo fue un engaño del amigo y marido de la fallecida que le engañó para matar a su mujer) y la tensión radica en ver cómo el protagonista lo descubrirá.
La fascinante forma de dirigir de HItchcock con su inigualable manera de rodar, de poner la cámara y de planificar al escena, hacen de ésta película todo un espectáculo que además se refuerza por las grandes interpretaciones y por varias escenas inolvidables.
No es la película que más me gusta de su director porque Psicosis, Los pájaros, Encadenados, North by Northwest o La ventana indiscreta, también entran en la lucha por ese puesto.
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