Roman Polanski es un director que siempre me interesa aunque llevaba diez años sin ver una de sus películas en pantalla grande (The Ghost Writer), claro que, aunque si que conozco bastante bien su fimografía, pocas veces he ido a ver sus estrenos al cine. Esta vez sí que lo he hecho y no puedo decir que la película sea una gran obra, más bien me aburrió hasta la mitad del metraje; para después cogerle el tono y llegar bastante satisfecho a su parte final.
Lo que más me interesó fue el personaje de la protagonista y su oficio de escritora. El agobio del folio en blanco, las firmas a sus fans que la adoran, la búsqueda del tema de su próxima novela, la rutina de llevar libretas para apuntar las ideas y todo lo que rodea a la creación literaria. El personaje de Elle resulta inquietante desde el principio, atractiva e interesante pero, para mí, previsible el desenlace respecto a su futuro en la historia.
No es la gran película, tiene muchas mejores el director polaco pero tampoco un trabajo en el que no se reconozca su firma que, esta vez, no me ha convencido tanto como me esperaba y más cuando llevaba cuatro años sin estrenar.
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