Luis Buñuel adapta la novela de Daniel Defoe y dirige por primera vez en color y rueda en inglés. Dan O'Herlihy interpreta al protagonista y consiguió estar nominado al premio Oscar de mejor actor; mientras Jaime Fernández es el indigena Viernes.
Leí la novela hace unos treinta años y no recuerdo la mayor parte de su desarrollo pero parece ser que esta adaptación solamente abarca la primera parte del libro, descartando pasajes y añadiendo otros más afines al director y al coguionista Luis Alcoriza.
Por eso no es de extrañar que haya una escena en la que Crusoe sueña con su padre ya que tanto el tono surrealista como el conflicto familiar es muy propio del director español, así como otra escena en la que los insectos son importantes y es que Buñuel siempre fue muy aficionado a la entomología.
No me ha parecido una película destacable y bastante por debajo de la calidad de otras obras del director. Es cierto que tiene escenas memorables: Crusoe comparando su pie con la huella del indígena que encuentra en la isla, cuando se imagina que canta con sus amigos a los que no vemos o su huida desesperada hacia el mar buscando que Dios le explique que hace solo en esa isla.
Pero son más bien las pegas. Me disgusta que se hurten los pasos que el naufrago hace para sobrevivir, más bien vemos las cosas que ha hecho que asistimos a los detalles de como lo consigue. Y, sobre todo, me sorprende la relación amo-esclavo que tiene con el indígena Viernes que seguro que se encuentra en la novela pero en pantalla se me ha hecho extraña.
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