Miguel vuelve de París dos años después de que dejara atrás a sus padres y hermano en Madrid. La madre falleció y él mantiene una tensa relación con su padre que está próximo a casarse con la que fue su novia.
Extraña película en la que lo único interesante es el manejo de la cámara que examina todo mientras suena la música clásica de fondo. En la calle, en el parque del Retiro o en el supermercado, vemos como el director se empeña en narrar de una manera contemplativa que es bella pero, vista la entidad del relato, queda en nada más que artificio.
Junior, Charo López o Antonio Casas son algunos de los actores. Él y ella muestran palmito, Charo López está jovencísima y más que bella pero, la magia se pierde al ir comprobando que todos están doblados, que no vamos a oír la magnífica voz de Charo López, que se van sumando más puntos artificiales que alejan a la historia de todo interés, credibilidad o simplemente un relato interesante.
Si bien es hipnótica como está rodada también resulta aburrida, lenta, irreal y por momentos es pedante hasta decir basta. No entiendo que espectadores buscaba el director, el que por cierto tuvo una trayectoría más que irregular de la que recuerdo (faltándome bastantes por ver) como mejor película Madregilda (1993). Como curiosidad que durante la acción vayamos viendo varias escenas en la televisión del primer aterrizaje lunar. Tal vez sea una metáfora de algo pero yo no la pillo.
0 comentarios :
Publicar un comentario