17 de noviembre de 2014

CITY LIGHTS (LUCES DE LA CIUDAD, 1931) - Charles Chaplin




Argumento: Una pobre chica ciega vende flores y confunde al vagabundo Charlot con un millonario, éste interpreta su papel como benefactor de la chica intentado ganar dinero para ayudarle y curar su enfermedad.

Director: Chaplin sigue fiel a su personaje y al cine mudo aunque desde 1927, con el estreno de The Jazz Singer (El cantor de jazz), la industria se había pasado claramente a las películas habladas. No obstante, Luces de la ciudad, es sonorizada con música y efectos.

Actores: La debutante Virginia Cherrill hace el papel protagonista junto con Chaplin. Entre los habituales en su filmografía, aparecen Albert Austin y Henry Bergman.

Datos: Dos años de rodaje en un período convulso en la carrera artística y en la vida personal de Chaplin. Por un lado, tenía que seguir con sus convicciones de estrenar un film mudo enfrentándose a la evolución sonora del cine, y por otro, durante ese período falleció su madre.



Crítica: Película que me causa dudas en mi valoración ya que tiene dos escenas que me gustan mucho: cuando el vagabundo conoce a la chica ciega y el maravilloso final. El resto del metraje me parece un encaje de secuencias que no hacen un todo fílmico. Me explico. Tanto las escenas en que el vagabundo está con el millonario borracho como el combate de boxeo, mantienen la parte cómica que se contrapone a la historia central de la historia de la chica ciega que confunde al vagabundo con un millonario. Ese desequilibrio no acaba de convencerme aunque acabo convencido (y vencido) por el resto.
No puedo dejar pasar una escena final en la que Chaplin está sublime en su rostro con una expresión que me deja sin palabras. Es el drama con mayúsculas, sin manierismos, sin buscar el final feliz ni el gag que nos lleve al terreno de la comedia al que nos tiene acostumbrados como espectadores.  No parecía que la apuesta pudiera tener éxito cuando el sonoro ya había desembarcado para quedarse y echar del escenario al cine mudo pero, de nuevo, Chaplin acertó ganándose a público y crítica. Sin ese final, sin esa maestría del director que consigue acabar su película de la mejor manera posible, no creo que hubiera tenido tanto éxito pero así se distingue a los grandes y Charles Chaplin lo es.

2 comentarios :

Lord Ruthwen dijo...

He estado leyendo tus anteriores entradas sobre cortos de Chaplin y no he comentado nada porque prácticamente no he visto ninguno.
Verás: es curioso, pero mis primeros recuerdos de este artista son a través del viejo Cine Exin y los carretes en B/N que tenía de Charlot, a todas luces películas incompletas dada su corta duración. De niño no me llamaban especialmente la atención, ya que prefería los carretes con dibujos en color. :)
Después, llegó un día a finales de los 80 en que hicieron un ciclo con los largometrajes de Chaplin en televisión y quedé fascinado por ellos. Me encantaron casi todos, tengo muchos y quiero volver a ver los que no, así que es curioso cómo este personaje acabó finalmente por implantarse en mi palmarés fílmico a pesar del mal comienzo de nuestra "relación". Innegablemente uno de los maestros del cine. Sólo por "El gran dictador" y "Candilejas" ya tendría para mí un lugar privilegiado en el Olimpo del 7º Arte, ¡pero es que además tiene muchísimas otras grandes películas!

xalons dijo...

En cambio yo no tenía películas en el Cine Exin de Charlot. Las que más recuerdo ver en ese juguete son las de "Tom y Jerry".
A Charlot lo conocía por los cortometrajes que emitían en Televisión Española bajo el nombre de "Cine cómico", fue en 2º de BUP cuando mi profesor de Historia me descubrió sus largometrajes. Nos puso en clase "El gran dictador" y "Tiempos modernos". A partir de ahí, me interesó mucho su filmografía, a lo que también ayudó el ciclo que televisivo que mencionas, pero solo ha sido hasta ahora cuando me he propuesto verla entera de cabo a rabo porque aunque ya había visto todos los largometrajes, me faltaban bastantes cortos.