Argumento: Joanna se convierte por la noche en la prostituta China Blue que cumple por dinero las fantasías sexuales de sus clientes.
Director: El británico Ken Russell dirige un cine catalogado de serie B del que solamente recuerdo con cierto interés el musical Tommy (1975). Sus maneras tras la cámara nunca me han convencido del todo.
Actores: Katheleen Turner y Anthony Perkins son los pesos pesados del reparto. Ella era una de las actrices sex symbol de la época y más o menos se defiende en un papel arriesgado, mientras que Perkins sigue estancado en una especie de parodia del personaje de Psicosis.
Datos: Increíble su éxito y que Katheleen Turner consiguiera varios premios por su interpretación que, por otra parte, es lo mejor de la cinta.
Crítica: Se puede ser raro y excéntrico pero lo que le ocurre a Ken Russell aquí solo puede ser calificado de mediocre y ridículo. La historia avanza a trompicones con un pseudo eurotismo más que risible. La película no hubiera podido ser éxito en otra época pero los ochenta fueron bastante proclives a bodrios como éste. No hay manera de interesarse por la historia y todo queda en ver el cuerpo de la actriz, aguantarse la risa con las escenas videocliperas sexuales o directamente descojonarse con el horrible personaje del sacerdote redentor. Ni la estética ni los diálogos ni la trama ni las subramas ni nada de nada merece perder el tiempo salvo para el que quiera conocer en su propia piel de que va este invento del iluminado de Ken Russell.
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