Argumento: El sheriff de una tranquila ciudad debe abandonar su puesto al ser reclamado por el ejercito de un fuerte cercano, para cumplir la misión de liberar a los familiares de los colonos secuestrados por los indios comanche. Su interés es económico, cobrando un rescate por cada uno de las personas que consiga liberar. Le acompañará un teniente del ejercito, amigo suyo, que no está de acuerdo con el mercantilismo de la aventura.
Director: John Ford, el director por antonomasia del western, utiliza una trama parecida a la de su genial The Searchers (Centauros del desierto, 1956) pero con un planteamiento diferente en el que el racismo se mezcla con un tono ligero de comedia.
Actores: Esta vez James Stewart interpreta a un personaje que no es tan bueno como suele acostumbrarnos ya que se mueve por su propio interés económico. Richard Widmark como el teniente del ejercito, interpreta un papel más honesto. El reparto se completa con un gran número de excelentes actores en papeles secundarios: Annelle Hayes (la propietaria del saloon), John Mclintire (el comandante), Shirley Jones (la prometida del teniente), Henry Brandon (el jefe de los comanches), Woody Strode (el comanche guerrero), Andy Devine (el sargento gordinflón) o Linda Cristal (la mexicana raptada por los indios).
Datos: Considerada una obra menor en la filmografía de John Ford ya que él mismo dijo no estar contento de su resultado.
Crítica: Llama la atención el tono de comedia que tiene desde el principio, salpicado de escenas cómicas como son las apariciones del sargento gordinflón; pero, en realidad, si hay algo que me sorprende, es el racismo de su argumento. Los blancos secuestrados por los comanches son ahora unos salvajes a los que es imposible volver a reinsertar en la sociedad (el caso del niño que asesina a su madre adoptiva lo demuestra claramente), aunque también ese racismo está presente en el lado de los blancos que no son capaces de admitir entre ellos a la mexicana que ha sido esposa de un jefe indio durante cinco años. La película combina el dramatismo con la comedia y eso le hace perder épica a un tema (el de los blancos secuestrados por los indios) que podría haber sido más serio.
En cuanto a otro punto diferente de la historia, es el papel de James Stewart, que aunque es el héroe de la función, no es tan bueno como se podría suponer, ya que se mueve por el dinero y no muestra sentimientos puros como nos tiene acostumbrados en su filmografía. Lo que sí que me gusta es la pareja formada por Richard Widmark y Shirley Jones, que en sus coqueteos de noviazgo consiguen las mejores escenas.
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