Un grupo de ricos son incapaces de salir del salón de la casa donde han sido invitados y en el que han compartido la velada. Nada ni nadie se lo impide pero la imposibilidad de salir de esa estancia, convierte la convivencia en un caos por la falta de higiene y comida, así como por los conflictos que van surgiendo entre ellos. Tampoco las autoridades, familiares o curiosos que están en el exterior de la casa, pueden entrar en ésta y así nos encontramos con el desarrollo de esta situación inexplicable.
Luis Buñuel entrega una película rodada en Mexico (aunque su deseo es que fuera realizada en Europa y con mayor presupuesto) que mantiene la premisa explicada en el párrafo anterior sin buscar sentido a lo que ocurre en el argumento. Más bien, la genialidad del director es no explicar su película, sino dejar que tenga el significado que cada espectador qiuera darle sin recurrir a decir que el film está lleno de simbolismos, critica a una clase social o que lo utiliza como metáfora de algo que no dice directamente.
Es precisamente esa falta de explicación lo que la hace todavía más atractiva, y aunque no la considere un logro supremo si que me parece una de esas películas de Buñuel con una idea genial y una trama más que interesante al que además no había vuelto a ver desde mi juventud y al revisarla, me he dado cuenta de lo olvidada que la tenía.
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