Marco Ferreri dirige tres películas seguidas en España: Los chicos (1959), El pisito (1959) y El cochecito (1960). Las dos últimas son fruto de su colaboración con Rafael Azcona. En concreto, El pisito, que codirige con Isidoro M. Ferry, es la adaptación de una novela de Azcona y la primeras incursión del escritor en el mundo del largometraje.
La película cuenta la odisea de una pareja de novios madrileños que buscan la manera de heredar el piso dónde él vive, ya que una vez que fallezca su anciana propietaria, pasará a manos del Estado. Por lo que la única solución que encuentran a su matrimonio es que el novio se case con la anciana para así, en la esperanza de que ella no viva mucho tiempo, sea su futuro hogar.
El relato utiliza una mirada de humor negro sobre la situación de los personajes y el ambiente que les rodea. Son seres reconocibles que, atrapados en la escasez económica de los años que les ha tocado vivir, deben intentar salir hacia delante con todos los medios a su alcance.
La comedia costumbrista se llena de crítica social, de escenas de gran carga de sátira, sin dejar títere con cabeza. El neorrealismo a la española queda como marca de la casa y como adelanto de los posteriores trabajos de Azcona con Berlanga.
Y aunque hayan pasado los tiempos, la película no pierde ni un ápice de interés porque es un humor intemporal, genial y brillante, que veo con una sonrisa permanente y ese poso de tristeza por unos seres desamparados que no son malos ni buenos, simplemente son muy cercanos gracias al guión y la interpretación de actores tan inolvidables como José Luis López Vázquez y Mary Carrillo.
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