La intención de leer mis cómics de Spiderman me han llevado a fijarme en las adaptaciones cinematográficas de superhéroes Marvel y la fiebre por éstos, comienza en el año 2000 con X-Men.
Ya la había visto, al igual que la segunda parte; y aunque no me dejaron especialmente huella, quería darle una segunda oportunidad. Lo cierto es que no me entusiasma. Debo de estar haciéndome mayor porque los X-Men que me gustan son los de la primera generación de historias de Marvel y no éstos más modernos que no me interesan.
Salvaría al Profesor Xavier, Lobezno y Jean Grey. El resto me aburre soberanamente y no me invitan a ver las continuaciones. Está claro que voy a contracorriente porque se han convertido en toda una moda, tanto en cine como en televisión.
A mi ritmo seguiré viendo películas de superhéroes pero no creo que, salvo contadas excepciones, consigan entusiasmarme. El director Bryan Singer lleva cuatro X-Men y Superman Returns aunque hasta ahora me gusta más cuando no adapta superhéroes. Cada vez hay más adaptaciones, siguen consiguiendo grandes taquillas y yo estoy, estreno tras estreno, más alejado del fenómeno cinematográfico.
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