Buñuel rueda esta comedia en la que el argumento se resume en que dos empleados del tranvía de Ciudad de México, conducen sin el consentimiento oficial, el tranvía 133 que han reparado pero que la compañía quiere retirar.
La pareja de empleados forman un dúo cómico que se adereza por la historia de amor de uno de ellos con la hermana del otro. La historia se compone de las anécdotas que se van sucediendo con los diferentes viajeros del tranvía: carniceros con animales, beatas con una figura de Cristo, varios vecinos de la ciudad, un grupo de niños de excursión con la maestra, el revisor o un jubilado de la empresa que pretende delatarlos.
Pintoresca y popular por los personajes así como por la manera que tienen de hablar, me parece bastante menor en la filmografía del director. Ni lo suficiente graciosa ni tampoco con los retazos de originalidad que se ven en otras de sus obras. Una película que si no fuera porque es de Buñuel no habría tenido ningún interés en acabar de ver. A veces hasta me sorprendo pensando en que época la rodó para intentar comprender como podía alternar productos muy personales con algo tan alimenticio como este film.
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