Elia va a cumplir 40 años y quiere celebrarlo con sus mejores amigos y la familia de su hermana, por lo que los reúne a todos en una lujosa casa dónde también les contará que la fortuna le ha sonreído.
El trailer y la publicidad de la película revelan cual es el misterio que Elia tiene que contar en la celebración de su cumpleaños y esa revelación le resta interés a la trama que, no tarda en tener un importante giro argumental donde se demostrará si la amistad, la familia y, en definitiva, los seres queridos, tienen unos principios solidos o frágiles.
Gracia Querejeta y un buen grupo de actores llevan a la pantalla esta historia de amistad, familia, dinero, crisis y amor, entre otras cosas, pero el resultado me parece bastante inferior a lo que la idea de partida podía hacer suponer. Hay momentos interpretativos que no me convencen, un tono general deslucido por varias decisiones de la directora que resultan fallidas (los personajes hablando a la cámara y anticipando el desenlace de la historia o un final muy soso que no cuaja con el resto de la película) y, en definitiva, la convierten en una cinta que no está mal pero que tampoco consigue superar un nivel justito de aprobado y que, por otro lado, parece que sí que está funcionando muy bien en taquilla.
A mí me gusta mucho Maribel Verdú y también que se hagan películas en las que se apuesta por contar las cosas de otra manera, sorprender al espectador y escapar de caminos trillados, pero eso no tiene que estar reñido con que todo encaje, me crea los personajes y hasta que me sienta atrapado por la historia. Con esta película no he podido cumplir ninguna de esas premisas por factores que no me explico salvo la sensación personal durante y al final de la proyección. Tal vez me esperaba otra cosa, tal vez no me pareció una historia realista y yo buscaba eso o simplemente, tal vez no tenía un buen día.
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