La sexta película de las protagonizadas por Marisol fue este musical del año 1964 en la que compartió protagonismo con Antonio el bailador y Robert Conrad.
Marisol vive con su padre en la pensión Madrid donde están hospedados un grupo de actores circenses venidos a menos. Con la llegada de un cantante norteamericano a la capital que va a rodar un programa de televisión con Antonio, la niña prodigio de la canción española intenta colocar a sus amigos con una prueba concertada con el productor televisivo.
La historia es muy simple y bobalicona, solamente se soporta por las escenas en que muestran las calles del Madrid de los sesenta, algunas de las canciones de Marisol (las de Robert Conrad son sonrojantes por ese empeño en cantar en español con un acento penoso) y por el variado grupo de secundarios entre los que destacan Fernando Rey, Antonio Casal o Fernando Sancho. Al final pierde totalmente la gracia con los ridículos números musicales que parecen querer emular en sus coreografías y hasta en las melodías, a la genial West Side Story, estrenada unos años antes.
Ha quedado para el recuerdo la polémica que se desató por la relación entre Marisol de 16 años y el bailarín Antonio de 40 a raíz de esta película cuya dirección corre a cargo del norteamericano George Sherman que estaba en España rodando spaghetti westerns y que volvería a repetir con Marisol en Búsqueme a esa chica.
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