25 de enero de 2015

LIMELIGHT (CANDILEJAS, 1952) - Charles Chaplin




Argumento: Calvero, un viejo payaso alcoholizado, salva del suicidio a una joven a la que acoge en su casa mientras se recupera de su enfermedad.

Director: Charles Chaplin tarda cinco años en estrenar nueva película después de Monsieur Verdoux y lo hace en una época en que su relación con Estados Unidos es conflictiva. Acusado de comunista se le comunica su expulsión del país cuando viaja a Londres para el estreno de Candilejas.

Actores: Chaplin interpreta el papel principal que además tiene claros tintes autobiográficos. La chica es la británica Claire Bloom y hay un pequeño papel para Buster Keaton. También intervienen familiares del director: su sobrino Sydney como el joven pianista y sus hijos y su mujer en papeles mínimos.

Datos: Dos de los más grandes cómicos del cine aparecen juntos gracias a la intervención de Buster Keaton.




Crítica: Aunque Chaplin rodará dos largometrajes más después de Candilejas, éste ha quedado como su última gran película. Con un argumento claramente autobiográfico donde el viejo payaso Calvero, que tuvo mucho éxito en los escenarios,  ahora es un fracasado porque no consigue hacer reír al público lo que está agravado por el alcoholismo. Todo esto ocurre en Londres (la ciudad natal de Chaplin) y gracias a que tiene que ocuparse del cuidado de una joven que ha intentado suicidarse, empieza a ver las cosas de una manera más positiva. 
El dramatismo de la historia se impone al habitual tono cómico de la filmografía de Chaplin. Aquí el payaso se encuentra en el declive de su carrera pero la chica se enamora por como es ahora Calvero aunque en sus edades haya muchos años de diferencia. El artista ya no tiene éxito pero sueña con que actúa delante del público y al final vuelve a hacerlo junto con un viejo compañero de tablas interpretado por Buster Keaton. 
Es imposible ver la película sin hacer similitudes con el cine de Chaplin al que se le reconoce sus andares y bis cómica cuando sale al escenario. El payaso sin maquillaje y el payaso maquiĺlándose para salir al escenario en busca de la risa. No importa la precariedad de su situación económica y artística porque tiene a su cuidado a una bailarina que no es capaz de andar y a pesar de los pesares, salen a flote sus  ganas de vivir y de seguir actuando. Además es consciente de que la chica tiene que tener una pareja de su edad y se apartará del amor que ella dice tenerle. La historia avanza con sencillez dejando muchas buenas escenas por el camino.
Sin que sea una de las películas de Chaplin que prefiero, tiene mucho encanto tanto por ese reconocimiento fílmico de la carrera de uno de los artistas más grandes del cine como por comprobar que sabe rodar e interpretar un film dramático con la misma maestría con que nos ha hecho reír tantas y tantas veces. 

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