Argumento: El protagonista debe ocuparse de la educación de sus dos hijos después de que el padre deje de pagarles la escuela judía dónde les ha estado llevando hasta ahora. La razón es que el abuelo de los niños está enfermo y tiene que afrontar los gastos médicos.
Director: Zach Braft debutó hace diez años con Garden State (Algo en común, 2004) y ahora vuelve a ponerse detrás de las cámaras, cuando su trabajo más habitual es el de actor, siendo conocido por la serie Scrubs.
Actores: El director también es el protagonista y le acompañan otros actores, varios de ellos televisivos, como Kate Hudson, Joey King, Jim Parsons o Josh Gad. Solamente reconozco a Kate Hudson por Almost Famous (Casi famosos, 2000) y otras películas.
Crítica: Aunque hace mucho que no la he vuelto a ver, lo que me lleva a ir al cine esta vez, es el buen recuerdo que me dejó la primera película de su director: Garden State (Algo en común, 2004). En cuanto empieza la proyección de este, su segundo largometraje, compruebo que ahora no va a ser así.
Wish I Was Here utiliza un humor basado en los chistes sobre la religión judía y ciertas referencias muy norteamericanas que se me hacen lejanas y me dejan indiferente. El protagonista debe afrontar la educación de sus hijos y esa parte me resulta lo más digerible de un relato en el que no me interesan las subtramas: la enfermedad del padre, el hermano friky que se disfraza para la convención de comics, la búsqueda de un trabajo como actor, las fantasías como superheroe futurista o esa mezcla de humor y drama que no me convence ni un poquito.
En la parte final, retoma algo el vuelo, con varias escenas más conseguidas pero, en general, acabo decepcionado y desencantado con este largometraje de este actor de la pequeña pantalla que ni de lejos se ha aproximado a aquella su primera incursión como director.
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