27 de agosto de 2014

HERMOSA JUVENTUD (2014) -Jaime Rosales




Argumento: Natalia y Carlos son una joven pareja que vive en un barrio del extrarradio de Madrid. Sin estudios, con familias de bajo nivel económico y pocas perspectivas de futuro laboral, intentan sobrevivir en un ambiente poco propicio para la esperanza.

Director: Jaime Rosales realiza, según él mismo dice, su película más comercial. Después de sus dos primeros éxitos: Las horas del día (2003) y La soledad (premios Goya a la mejor película, director y actor revelación); su carrera quedó algo estancada tanto a nivel crítico como de espectadores con Tiro en la cabeza (2008) y Sueño y silencio (2012).

Actores: Desconocidos y principiantes en el cine en su mayoría, los actores son una de las mejores bazas de Hermosa juventud, ya que con sus interpretaciones se busca un realismo y espontaneidad que hubiera sido muy difícil de conseguir con un reparto experimentado y conocido.

Datos:  El director no abandona su cine reivindicativo de nuevas formas narrativas. Esta vez, no lo hace de una manera tan radical pero sí que utiliza algunos de sus recursos habituales tanto en la temática (no juzgar a los personajes, violencia) como en el uso de la cámara (acciones fuera de plano) y además incorpora curiosas elipsis que son mostradas con fotos y mensajes de whatssap en los móviles  así como una escena de videoconferencia por Skype. 



Crítica: Inquietante historia de unos jóvenes que en la España actual de la crisis no logran labrarse un futuro al que agarrarse. Sus sueños se limitan a la supervivencia inmediata: buscar curro y tener algo con lo que poder tirar para delante. Independizarse, comprarse una casa, tener una economía holgada, les suena a ciencia ficción porque la cruda realidad les enseña que eso es algo muy lejos de sus aspiraciones. Jóvenes y hermosos pero quemados por dentro. 
Jaime Rosales permite que la cámara se centre en ellos, nos muestra su cotidianidad, lo que piensan, como se quieren, como afrontan los problemas o las relaciones que tienen con sus amigos y familiares. El director sigue marcando su estilo autoral que remarca algunas escenas por el solo hecho de apartar la cámara de la acción o que utiliza de manera original (aunque no me gustara del todo) como avanza la acción por medio de las comunicaciones entre los personajes por el móvil. 
Los actores se convierten en los personajes y es imposible no quedarse con los rostros y el físico de la pareja protagonista (Ingrid García Jonsson y Carlos Rodríguez) como de los secundarios tan creíbles como ellos. 
La historia está rodada en el barrio madrileño de Carabanchel y así el paisaje del extrarradio de la ciudad, los parques, los descampados, las casas sucias y modestamente amuebladas o el polígono dónde se reúnen para hacer botellón, son un personaje más, tan deprimente como las vidas de estos chicos. No hay juicio sobre ellos pero tampoco una pequeña grieta en la que veamos que puedan salir de esa raquítica vida. Da igual que esperen cobrar una indemnización para comprarse una furgoneta, que lleven cientos de currículums para ver si les sale algo o que emigren a Alemania en busca del espejismo de un mercado laboral. La suerte les es esquiva y ellos no aciertan a encontrar el camino correcto. Ni ellos ni sus mayores que, según parece, han abandonado definitivamente las esperanzas. 
Si una película cuenta todo esto y lo cuenta bien, no hay más que dejarse llevar por el relato aunque no tenga un happy end ni haya unos efectos especiales que nos hagan saltar de la butaca.  

1 comentarios :

xalons dijo...

Apunta, apunta...que vale la pena. Yo también he vivido unos años en Carabanchel, en el bajo y en el alto, así que igual que tú, lo considero mi barrio o uno de ellos.