Argumento: Jean y Marie deciden irse a París a casarse porque sus familias no consienten ese amor. Cuando ella está en la estación de tren, Jean le llama diciéndole que deben aplazar el viaje porque ha ocurrido algo inesperado, Marie desengañada viaja sola a la capital francesa. Un año después se encontrarán. Jean es un humilde pintor y Marie vive en el lujo mantenida por un hombre rico.
Director: Primer film de Charles Chaplin para la productora United Artits. No interviene como actor y además, se trata de un drama sin elementos cómicos. Fue un fracaso de público pero muy bien acogida por la crítica y el mundo del cine.
Actores: Edna Purviance en el papel principal junto con Carl Miller y Adolphe Menjou. Interpretaciones soberbias y acompañados por secundarios muy correctos, destacando que al aparecer Henry Bergman como maitre del restaurante, hasta se llega a pensar que puede surgir por allí el vagabundo Charlot para hacer de las suyas.
Datos: Chaplin realiza una breve aparición caracterizado como mozo de la estación. Varios cineastas han declarado sentirse influenciados por esta película, por ejemplo Lubitsch que tomó nota de las escenas con acciones que ocurren fuera de cámara y que se convirtió en una de las características de su estilo.
Crítica:
La película tiene una narrativa magistral con algunas escenas destacables: la llegada al tren a la estación solo vista a través de los reflejos de las luces, la fiesta en la que la chica se desnuda quitándose una sábana mientras que solo vemos las reacciones de los que la miran, o cuando Marie corre detrás del vagabundo que ha recogido el collar que ella acaba de tirar por la ventana.
Se nota la mano de Chaplin en el dramatismo subido de tono del argumento y en ese final en que se dice que "la felicidad está en servir a los demás" pero esta vez sin los elementos cómicos y todo apoyado en unas interpretaciones muy buenas con un estilo sobrio de contar las cosas. No es suficiente para decir que prefiero esta película a las comedias de Chaplin.
El público no permitió que Chaplin se alejara de sus comedias pero Una mujer de París,
ha quedado como testimonio cinematográfico de que el director era capaz
de rodar algo tan serio como lo hacían sus contemporáneos de más
renombre como Griffith. Es una delicia verlo en pantalla y es lo que le ha hecho diferente a los demás así que es normal que el público no aceptara este camino en su carrera.
En definitiva y aunque el film demuestre el arte dramático del cineasta, sigo celebrando que se alejara del drama para rodar las obras maestras de la comedia que irían llegando en sus posteriores obras.
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