CREATURE (LA CRIATURA, 1998) - Stuart Gillard

Argumento: En una isla caribeña, el científico Simon Chase, especialista en el estudio de los tiburones, descubre una criatura mezcla de tiburón y delfín, creada hace varias décadas por el ejercito norteamericano. 

Director:  Con una carrera de productor y sobre todo director para la televisión, el canadiense no tiene nada destacable en su filmografía salvo el dudoso honor de haber dirigido Tortugas ninja III (1993).

Actores: El reparto está encabezado por Craig T. Nelson al que se le recuerda como el padre de familia en Poltergeist (1982)

Datos: Realizada para televisión y, según su ficha en la IMDB,  emitida o editada en vídeo con distintos formatos y duración. En mi caso, la vi en una emisión de la 2 de TVE de unas 3 horas no divididas en capítulos.

Crítica: Un producto con aspecto cinematográfico pero que en cuanto a guión, actores y efectos especiales, se acaba instalando en la pequeña pantalla. Parece ser que adapta una novela y no sé como sera ésta pero en imágenes queda como una historia ridícula en la que un bichejo que tiene la inteligencia de un delfín y la voracidad de un tiburón pero que piensa como un humano al tener ADN nuestro(?) es la amenaza con la que se enfrentan los protagonistas de la función. La criatura no es el centro de la trama ya que por el camino, esta se desvía con distintos personajes y conflictos generacionales, amorosos o entre el científico y los isleños. Con bastante paciencia por parte del espectador se va descubriendo que el monstruo tiene brazos con garras, piernas y que ataca con cierta planificación.

Técnicamente abusa de la cámara lenta y del repetidísimo plano de los dos picos montañosos de la isla. El conjuntos es una mezcla de terror adolescente, ciencia ficción, vudú y denuncia científica que además también tiene ciertas reminiscencias de los monstruos del gran Lovecraft. 

Si llego a saber que dura tres horas ni se me ocurre ponerme delante de la pantalla del televisor pero una vez empezada ya hice el duro esfuerzo de verla hasta su final. Absurda decisión en una aburrida noche de verano en un apartamento playero.