Tercera entrega de la llamada "trilogía de la venganza" del director Chan-wook Park que aunque mantiene los alardes que he destacado de las otras dos películas (Simpathy for Mr. Vengeance (2002) y Oldboy (2004) ): estética visual muy cuidada, música arrebatadora y un argumento que se explica con flash backs punteados por excelentes escenas, esta vez la exasperación que me suele producir la manera de narrar del coreano, se me ha hecho algo más cargante.
Con otro montaje y un menor amaneramiento, la película me parecería grande, pero no hay forma de desvincular lo que creo que son ganas de trascender del director, por lo que a mí me aleja del resultado final. Por lo tanto, la historia de una chica condenada a trece años de prisión por el crimen de un niño y que sale de la cárcel con ganas de venganza, tiene muy buenas partes pero también una manera de mostrarlo que me complica la vida como espectador y me obliga a realizar mi propio montaje en la cabeza por lo que acabo insatisfecho y cansado del ejercicio que no me aporta nada más que una mala sensación a producto fallido.
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