El director Edward Wright vuelve a repetir con los actores Simon Pegg y Nick Frost, para continuar con un cine británico que parodia temas recurrentes en distintos géneros. Si primero fueron los zombies en Shaun of the Dead (Zombies Party, 2004) y luego la pareja de policias en Hot Fuzz (Arma fatal, 2007); ahora lo hace con la ciencia ficción en esta tercera entrega.
Un grupo de amigos del instituto se reunen veinte años después de esa epoca escolar, para recorrer "la milla de oro" de su localidad que consiste en beber una pinta de cerveza en cada uno de los doce pubs de este alcohólico reto. Por lo tanto, la historia parte de la premisa en el que la reunión de los viejos amigos, sus recuerdos y la manera en que cada uno ha cambiado, es la chispa que hace crecer las situaciones de comedia. Pero todo cambia cuando descubren que su ciudad ha sido invadida por una especie de seres extraños.
Aunque tiene buenos gags y se les coge cariño a los personajes principales, no acabo de sentirme cómodo con su humor que, pese a tener varias de las mejores característicias de la comedia británica, no me convence con la aparición de la ciencia ficción que se parodia, por lo que finalmente acabo más bien desencantado y gustándome más que la primera película de esta trilogía (Zombies Party), no me parece tampoco una película que destaque especialmente.
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