Creo que esta película danesa (la tercera en la filmografía de su directora) no ha sido estrenada en pantalla grande en España salvo su paso por el Festival Seminci de Valladolid.
Cuenta la enfermedad del padre de una familia de panaderos que teme que cuando muera, ninguno de sus hijos mantenga el negocio de panaderia que ya lleva varias generaciones y que entre sus logros, se encuentra el de abastecer a la familia real. El conflicto viene porque la que él cree que debe de hacerse cargo de la panadería, su hija preferida, tiene otros planes de futuro.
Alejada del estilo Dogma aunque con retazos en su sobriedad, me vuelve a confirmar que el cine nordico tiene unas temáticas y personajes, de unas características reconocibles en esas filmografías. Historias de fuerte contenido personal, realistas, sin huir de los temas importantes como la vida, el sexo o el amor; y con los que acabo bastante afectado como espectador.
En este caso, el relato se me hace algo frío en ciertas secuencias que pienso que me deberían haber impactado con mayor fuerza pero también destaco la sobriedad de sus imágenes, secuencias espléndidas o la interpretación de Jesper Christensen más que excelente.
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