Una de las películas más importantes en el empuje definitivo al Nuevo Hollywood de los años setenta, fue esta road movie de moteros dirigida y protagonizada por Dennis Hopper. Junto a él están Peter Fonda (ambos guionistas) y Jack Nicholson. Tres nuevos actores que auguraban los cambios en el sistema establecido de la cinematografía norteamericana.
BBS, la productora de Bob Rafelson, Bert Schenider y Steve Blaumer, acertaron con esta apuesta por una historia en la que la música rock, el consumo de drogas y la contracultura se abren paso sin miedo. Columbia la distribuyó y además de su éxito comercial, consiguió el premio a la mejor opera prima en el festival de Cannes.
Me resulta curioso como Dennis Hopper pasa del montaje convencional para llegar a algo parecido a un estilo abstracto, sobre todo en las escenas del cementerio. También como hay escenas con aire documental (rodadas en 16mm) que cuadran bien con el resto.
Vista ahora sigue teniendo frescura y es un claro desencanto intemporal contra la sociedad conservadora (genial ese choque cultural de la aparición de los moteros en el bar del pueblo) y un buen ejemplo de cine que escapa a los convencionalismos.
Hippies, marihuana, cocaína, sexo, motos, melenas y buena música rock, siguen haciendo de Easy Rider un excéntrico coctel que hizo historia en esa época de cambios sociales a los que el cine oficial se resistía.
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