Una historia de amores adolescentes en la que se cuenta cada una de sus tramas desde dos puntos de vista, el del chico y el de la chica, usando el monólogo interior todo el metraje, algo que en ocasiones me cansa pero que hay que aceptar ya que es parte del estilo narrativo escogido.
Ambientada en los años cincuenta norteamericanos, no evita cierta cursileria amorosa pero refleja muy bien ese mundo de chavales que se gustan durante su etapa escolar. Además es acertada en el reflejo de la familia conservadora a la que le importan las apariencias y como eso influye en la espontaneidad de los jóvenes.
Su director, Rob Reiner, es todo un creador de películas románticas como La princesa prometida o Cuando Harry encontró a Sally; aunque a mí me gusta más en Cuenta conmigo o Algunos hombres buenos. Aquí consigue un tono adecuado, una historia bonita, bien contada y con personajes cercanos que me sacan más de una sonrisa. A los chavales les gustará pero a mí también me ha ganado en su sencillez aunque creo que en España nos ha llegado directamente en DVD.
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