Ahora que solamente quedan unos días para que se celebre la vigésimo quinta edición de los premios Goya, creo que es un buen momento para decir alto y claro que los prefiero a los Oscar de Hollywood. Las razones son variadas y muy personales. No está mal haber conseguido enumerarlas del 1 al 10.
1.- He visto todas las galas televisadas, no me he perdido ni una desde la primera edición en 1987 hasta la última, por lo que no es un capricho actual sino que siempre he tenido interés en estos premios nacionales del cine; mientras que los Oscar normalmente han sido unos premios de los que habitualmente he pasado.
2.- Suelo estar de acuerdo con los ganadores. En casi todas las ocasiones mi película favorita era la que al final se alzaba con el premio a mejor película, que en definitiva, es el premio más importante. Si le echo un vistazo a la totalidad de los premios a mejor película, salvo La vida secreta de las palabras, Mar adentro o Todos a la cárcel; el resto son películas que me gustan mucho, y hasta estas tres las considero películas aceptables. Mis gustos y los de la Academia del cine español suelen coincidir y esa coincidencia es una razón para que los prefiera.
3.- En cambio si miro la lista de los premios Oscar, me encuentro con películas que no me dicen nada, que directamente valoro como mediocres o que ese año competían con otras que a mí me parecían mucho mejores. Lo que en Estados Unidos se premia no siempre es lo que a mí me parece lo mejor de su producción anual.
4.- Todas y resalto que todas las películas premiadas, las he visto. No solo eso, sino que creo, casi sin riesgo a equivocarme, que he visto casi todas las nominadas en la categoría a mejor película, edición a edición. Alguna me falta pero la lista es escasa. No quiero que esta afirmación quede como un alarde, sino más bien como una certeza de que el cine español me ha interesado siempre.
5.- Sin poder evitar generalizar, quiero hacer hincapié en que en el cine español me veo reflejado, que me interesan sus historias, me río con su humor, lloro con sus dramas, y en definitiva, como espectador me atrae la cinematografía española. Por lo tanto, si los Goya son la gala de los premios anuales del cine español cuentan con mi interés, porque es un cine que disfruto como espectador aficionado al cine.
6.- También hay otras razones sentimentales y subjetivas que hacen que normalmente me siente a gusto en un gala que no me es ajena por muchos recuerdos: los inicios cuando se criticaba que se copiara a los premios de Hollywood y se aventuraba que no tendrían éxito, las críticas políticas (imborrable la gala del “no a la guerra”), los Goya de Honor (Alfredo Landa sin habla, Antonio Mercero enfermo de alzheimer en su casa, los geniales José Luis López Vázquez y Manuel Alexandre, o el reconocimiento a un director underground como Jesús Franco), su definitiva aceptación popular y comercial, o el logro de haber conseguido ser una importante promoción del cine de aquí a la que modestamente me sumo año a año.
7.- Hay muchas voces, principalmente de la derecha mediática, que acostumbran a defenestrar al cine español y en consecuencia a los premios Goya. A las cabezas visibles de los que trabajan en el cine en España, les llaman despectivamente titiriteros, les acusan de estar subvencionados, se jactan de no ver sus películas y claman al cielo por todo lo que rodea al cine español buscando la inevitable comparación con el estadounidense. Eso hace que todavía me interese más por un cine que yo considero mío, que considero nuestro (en el término abierto del que siente como suyo el cine que se hace en el lugar dónde vive, en su país) y que sin dudarlo lo valoro por su calidad, y pienso sinceramente que es de lo mejorcito que se hace a nivel mundial. Veo cine de muchas nacionalidades y a día de hoy, el cine español es una de mis preferencias indiscutibles. Ya que este artículo iba de mi apoyo respecto al Oscar, no está de más decir, que el cine español es el que más estatuillas Oscar tiene después del norteamericano, claro.
8.- No quiero negar que los premios Oscar tienen mucho más glamour, que allí está el cine con mayores presupuestos, que es una industria con la que no se puede competir, que su cine es el de las estrellas, el de los efectos especiales y el lugar a dónde van muchos de los mejores profesionales de todo el mundo. El cine por antonomasia es el estadounidense y eso no tiene discusión posible. Pero yo, me seguiré asomando a la gala de los Goya este próximo 13 de febrero para verla enterita, pasar un buen rato, curiosear que actores, directores o técnicos aparecen por allí; reírme con Buenafuente (mi presentador preferido junto con Rosa María Sardá); y esperar premio a premio a que llegue el último que se sumará al palmarés de mejor película, junto con todas ésas que ya lo lograron.
9.- Las películas que ganaron hablan por sí solas y leer la lista completa me obliga a decantarme por los premios Goya.
1986 - El viaje a ninguna parte
1987 – El bosque animado
1989 – El sueño del mono loco
1990 - ¡Ay, Carmela!
1991 – Amantes
1992 – Belle Epoque
1993 – Todos a la cárcel
1994 – Días contados
1996 – Tesis
1997 – La buena estrella
1998 – La niña de tus ojos
1999 – Todo sobre mi madre
2000 – El bola
2001 – Los otros
2002 – Los lunes al sol
2003 – Te doy mis ojos
2004 – Mar adentro
2005 – La vida secreta de las palabras
2006 – Volver
2007 – La soledad
2008 – Camino
2009 – Celda 211
10.- Lo que ya no tengo tan claro es si veré la gala de los Oscar. Tal vez vea algún resumen o lo grabe y lo haga luego en diferido con el dedo en el mando a distancia. Ni los premios Goya ni los Oscar son nada más eso, premios que no pueden contentar a todos y ya se sabe que no siempre ganan los mejores. Así que no hay que darles demasiada importancia, simplemente son galas para pasarlo bien mirando como se premian a los que hacen cine. Lo importante es ver las películas y tener nuestra propia opinión, estén o no estén premiadas. El domingo me dispondré a disfrutar de una gala en la que, debajo de las apariencias, lo que debería de contar es que sirva de escaparate del cine que se hace en España.
2 comentarios :
Personalmente no tengo mucha fe ni confianza en la mayoría de estos grandes premios -cinematográficos, literarios o de lo que sean- creo que siempre hay por en medio politiqueo y dinero, por lo que no me intereso por ellos. Si una película me gusta, la veo haya sido o no premiada, y al revés: si no me interesa, me da igual lo bien considerada que esté.
Y pensar que en tiempos me quedaba de madrugada a ver la entrega en directo de los Oscars con toda la ilusión... Al final acabamos despagados de todo...
Pocas entregas de los Oscar he visto en directo, en cambio....los Goya cuentan conmigo como espectador. No creo que sean premios políticos ni económicos, a mí (a día de hoy) todavía me parece que casi siempre ganan los mejores.
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