12 de abril de 2010

BONJOUR TRISTESSE (Buenos días, tristeza, 1958) - Otto Preminger



Adaptación de la novela de Françoise Sagan, publicada cuatro años antes, y que también he leído. En ese enlace cuento el argumento aunque en la película hay los inevitables cambios. Destacaría que el relato fluye entre dos épocas, la actual dónde Cécile reflexiona sobre el verano del año anterior, que es dónde transcurre la mayor parte de la trama. Para diferenciarlas, se usa el blanco y negro en la parte actual y el color cuando estamos en el verano.

Otto Preminger no es un director del que haya visto muchas películas y de las que conozco me gusta la excelente Laura (1944). Aquí tiene un elenco de actores excepcional: el padre es David Niven que en principio no lo veía en el papel pero la verdad es que lo borda: su joven ligue es Mylène Demongeot que me hace interesante un personaje que en el libro no me gusta; la mujer madura es Deborah Kerr muy adecuada en ese rol, y lo mejor de la cinta es la guapa Jean Seberg que es el alma de la historia. Además el director Jean Luc Godard la descubrió en esta película y luego le dio el maravilloso papel en À bout de souffle (Al final de la escapada, 1960).

En conclusión la película se ve con agrado. Desprende el calor del verano, con unos espectaculares escenarios naturales, y una buena ambientación de la noche festiva aunque tiene una escena de baile un poco ridícula. La parte en blanco y negro que simula ser la actualidad, no me parece muy destacable y son las interpretaciones lo que me más me gusta del conjunto. En ocasiones hasta me recuerda a las películas veraniegas de Éric Rohmer, salvando las distancias. Una rémora es que se nota el filtro de Hollywood ya que no aborda cuando Cécile pierde la virginidad o al menos no de manera tan explícita como en la novela, y que toda la parte final es revestida de cierto arrepentimiento por la protagonista valorando moralmente las consecuencias de su decisión respecto a la relación de su padre con Anne.

2 comentarios :

ethan dijo...

Veo que te gustó más la cinta que el libro, curiosamente casi siempre suele ser al revés. Aunque hay una tercera posibilidad (la que yo busco, generalmente): que ambos se complementen.
Saludos!

xalons dijo...

Estoy contigo, ethan. No leo el libro y veo la película para ver cual de las dos cosas me ha gustado más, lo hago para complementar mi conocimiento. Tengo claro que no hay porque compararlas, salvo para descubrir sus diferencias.