La mayoría de críticas que he encontrado hacen mención a que se trata de una adaptación de la novela de Cormac MCarthy y a partir de ahí, entran en la comparación entre el original literario y la versión cinematográfica. No he leído la novela, así que mi opinión solamente puede centrarse en lo que me ha transmitido la película y no tengo otra cosa que decir que me ha dejado impresionado. Mi único referente en cuanto al escritor es que es el mismo autor de la novela que llevaron al cine los hermanos Coen, No es país para viejos, aunque vuelvo a pecar del mismo defecto ya que tampoco la he leído.
En un mundo post-apocaliptico, un hombre intenta sobrevivir con la premisa fundamental de defender la vida de su hijo. No es fácil hacerlo en un lugar en el que no hay comida y grupos de humanos campan a la búsqueda de otros a los que matar para apoderarse de sus pocos bienes o para directamente comérselos y conseguir alimentarse. La violencia, la rapiña, el canibalismo, la falta de moralidad y de todo tipo de valores humanos, hacen que el hombre se haya convertido en el peor enemigo del hombre y que cada uno intente sobrevivir por sus propios medios en un lugar en que palabras como justicia, amor o solidaridad, han desaparecido.
Con estos mimbres, la historia avanza con la presencia absoluta de dos excelentes interpretaciones. Tanto Vigo Mortessen como el joven Kodi Smit McPhee son la pareja padre-hijo que representan el elemento humano de la película. Son ellos contra el resto, ellos intentando salir adelante, viajando hacia el sur en una búsqueda incierta de un futuro alejado de la muerte que les rodea.
Temas como el suicidio, la falta de fe en ningún Dios ("si existe nos ha dado la espalda"), la destrucción del planeta Tierra en la que no hay animales, los árboles mueren o el cielo y el mar han perdido su color azul; son el duro entorno que la película ofrece al espectador. No hay concesiones, no hay salida, no hay lugar para la esperanza y la congoja va creciendo a medida que transcurre el metraje, apoderandose de mí entre una mirada triste y una admiración profunda por estar contemplando un espectáculo que me hace reflexionar sobre cómo la vida, el hecho de estar vivos y de querer que estén vivos nuestros seres queridos, es al fin y al cabo lo único importante. Cuando la historia, las imágenes, los actores y el tema central, me convencen de tal manera, no puedo menos que decir que es una excelente película.
En un mundo post-apocaliptico, un hombre intenta sobrevivir con la premisa fundamental de defender la vida de su hijo. No es fácil hacerlo en un lugar en el que no hay comida y grupos de humanos campan a la búsqueda de otros a los que matar para apoderarse de sus pocos bienes o para directamente comérselos y conseguir alimentarse. La violencia, la rapiña, el canibalismo, la falta de moralidad y de todo tipo de valores humanos, hacen que el hombre se haya convertido en el peor enemigo del hombre y que cada uno intente sobrevivir por sus propios medios en un lugar en que palabras como justicia, amor o solidaridad, han desaparecido.
Con estos mimbres, la historia avanza con la presencia absoluta de dos excelentes interpretaciones. Tanto Vigo Mortessen como el joven Kodi Smit McPhee son la pareja padre-hijo que representan el elemento humano de la película. Son ellos contra el resto, ellos intentando salir adelante, viajando hacia el sur en una búsqueda incierta de un futuro alejado de la muerte que les rodea.
Temas como el suicidio, la falta de fe en ningún Dios ("si existe nos ha dado la espalda"), la destrucción del planeta Tierra en la que no hay animales, los árboles mueren o el cielo y el mar han perdido su color azul; son el duro entorno que la película ofrece al espectador. No hay concesiones, no hay salida, no hay lugar para la esperanza y la congoja va creciendo a medida que transcurre el metraje, apoderandose de mí entre una mirada triste y una admiración profunda por estar contemplando un espectáculo que me hace reflexionar sobre cómo la vida, el hecho de estar vivos y de querer que estén vivos nuestros seres queridos, es al fin y al cabo lo único importante. Cuando la historia, las imágenes, los actores y el tema central, me convencen de tal manera, no puedo menos que decir que es una excelente película.
3 comentarios :
La película que más me ha impresionado este año. Me pasé varios días dándole vueltas... Muy dura y desagradable, pero me gustó...
Es que es una película que te deja comiéndote el coco.
Fijate, un amigo mío que la vio porque yo se la había recomendado, me preguntó el otro día si yo pensaba que la familia del final se comía al niño. Ufffff, yo no había llegado a esa conclusión, para mí el niño se salva, el padre da la vida por él, pero mira si esta persona la vio con agobio que hasta pensó si el final no podría ser peor todavía con eso que él imagina que le pasa al niño.
El final es un tanto extraño; a mí no me quedó muy claro, pero tampoco pensé lo que tu amigo. Por lo que me han dicho, la novela no aclara mucho más...
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