Hay películas españolas que desconozco y que cuando veo que las emiten en la televisión, siento la curiosidad de grabarlas por diferentes motivos para poder verlas en un momento libre.
Con Piso de solteros, ha sido la presencia de Alberto Closas y Cassen en el reparto, lo que me ha hecho dedicarle un poco más de una hora para conocerla. El resultado es una mediocre historia sobre un marqués venido a menos (Alberto Closas) que junto a su amigo y guía turístico (Cassen), se dedican a ligar extranjeras, por lo que necesitan un piso para cometer sus fantasías sexuales, por supuesto nunca llevadas a cabo.
A destacar que se rodó en Barcelona y aparecen escenas en la Sagrada Familia y en el parque de atracciones del Tibidabo. Tampoco hay mucho más en una película que no tiene mayores alicientes que ver a Cassen haciendo gansadas pocos años después de haber protagonizado sus dos mejores y grandes películas: Plácido y Atraco a las tres. Del director, Alfonso Bálcazar, no hay mucho que decir en una filmografía sin demasiado interés, salvo que me llama la atención que con su productora Bálcazar Producciones Cinematográficas financiara muchas películas hasta finales de los años ochenta. Se ve que le fue bastante bien en esa faceta de productor de cine.
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