La nueva comedia de Woody Allen significa su regreso a Nueva York, después de haber rodado en Londres, Match Point, Scoop y Cassandra's Dream; y en Barcelona, Vicky Cristina Barcelona.
Cuenta la historia de un misántropo, un maduro amargado, ácido y solitario, que mantiene unas pocas amistades mientras critica con desdén al resto de la humanidad. En su vida aparecerá una joven chica, demasiado influenciable pero también atractiva por su belleza, juventud e ingenuidad.
En la interpretación de Larry David se encuentra el personaje que suele hacer Woody Allen cuando interviene cómo actor en sus films. Es facilmente reconocible en sus miedos a la muerte, y en las conversaciones sobre judios, nazis, religión, cine o los avatatares de las relaciones de pareja. Allen ha vuelto a New York y de nuevo sus personajes vuelven a estar situados entre rascacielos, la estatua de la libertad, restaurantes y calles típicamente neoyorquinas.
Cómo otras veces ya ha hecho, utiliza el recurso de que sus personajes hablen directamente a la cámara, pero esta vez de una manera más clara y rotunda, y casi desde el principio del relato, el protagonista se dirige a los espectadores de la sala de cine, y hasta le comenta a sus amigos que estamos ahí en la sala oscura viendo su vida aunque él no entiende que puede tener su vida de interesante para nosotros. Es un narrador que además de llevarnos por la historia, alude a nosotros como parte de ella por estar viendo la película. Puro metalenguaje que rompe la división entre la pantalla y el patio de butacas.
La historia es positiva, los personajes evolucionan y la comedia tiene mucha chispa. Es un retorno al cine cómico de su director, con mucha verbalidad y algunos gags geniales ("Dios es gay. Ha hecho el mundo, es el mejor diseñador"). La crítica a la sociedad americana, al fanatismo, a la asociación del rifle, y a todo lo que huela a conservadurismo; no deja de salpicar toda la trama, y los personajes más reaccionarios de la historia acaban evolucionando al extremo opuesto.
Con Whatewer Works, Woody Allen ha vuelto a su ciudad, a su tono cinematográfico reconocible, a sus mismas historias, traumas y deseos. Un regreso que cómo incondicional de sus historias agradezco. La verdad es que no me daba cuenta de lo que lo echaba de menos.
Aquí hay una entrada dónde se comenta el título escogido para su estreno español.
Cuenta la historia de un misántropo, un maduro amargado, ácido y solitario, que mantiene unas pocas amistades mientras critica con desdén al resto de la humanidad. En su vida aparecerá una joven chica, demasiado influenciable pero también atractiva por su belleza, juventud e ingenuidad.
En la interpretación de Larry David se encuentra el personaje que suele hacer Woody Allen cuando interviene cómo actor en sus films. Es facilmente reconocible en sus miedos a la muerte, y en las conversaciones sobre judios, nazis, religión, cine o los avatatares de las relaciones de pareja. Allen ha vuelto a New York y de nuevo sus personajes vuelven a estar situados entre rascacielos, la estatua de la libertad, restaurantes y calles típicamente neoyorquinas.
Cómo otras veces ya ha hecho, utiliza el recurso de que sus personajes hablen directamente a la cámara, pero esta vez de una manera más clara y rotunda, y casi desde el principio del relato, el protagonista se dirige a los espectadores de la sala de cine, y hasta le comenta a sus amigos que estamos ahí en la sala oscura viendo su vida aunque él no entiende que puede tener su vida de interesante para nosotros. Es un narrador que además de llevarnos por la historia, alude a nosotros como parte de ella por estar viendo la película. Puro metalenguaje que rompe la división entre la pantalla y el patio de butacas.
La historia es positiva, los personajes evolucionan y la comedia tiene mucha chispa. Es un retorno al cine cómico de su director, con mucha verbalidad y algunos gags geniales ("Dios es gay. Ha hecho el mundo, es el mejor diseñador"). La crítica a la sociedad americana, al fanatismo, a la asociación del rifle, y a todo lo que huela a conservadurismo; no deja de salpicar toda la trama, y los personajes más reaccionarios de la historia acaban evolucionando al extremo opuesto.
Con Whatewer Works, Woody Allen ha vuelto a su ciudad, a su tono cinematográfico reconocible, a sus mismas historias, traumas y deseos. Un regreso que cómo incondicional de sus historias agradezco. La verdad es que no me daba cuenta de lo que lo echaba de menos.
Aquí hay una entrada dónde se comenta el título escogido para su estreno español.
5 comentarios :
Pues si ha vuelto a su crítica de la sociedad americana, bienvenido sea.
Lo de volver a la gran manzana, pues está bien porque hay mucho amante de ella pero por escenario tampoco es un punto a favor en mi opinión aunque como digo va ligado al sector que muchas veces critica.
Todavía no la he visto, y no creo que vaya al cine a verla, porque tras el fiasco que me llevé con "Vicky, bla bla bla" tengo un poco perdida la fe.
Pero vamos nunca diré que no vaya a verla, según vea el panorama de cara al fin de semana, si me quedo sin opciones quizás caiga :D
Ya vi al final la película en en VOSE hace poco y bueno tendré que quitarle el veto que le puse con "Vicky, bla, bla, bla" pero tampoco es un peliculón.
Tiene un comienzo prometedor, no por el monólogo a cámara que puede gustar más o menos y personalmente me cansa mucho cuando trata el tema del judaísmo, si no por la presentación del protagonista que como decís se ve claramente que realmente es un papel que él bordaría.
Sobre lo de la aparición de Allen en la película, no es por exactamente su actuación si no porque él sabe como hacer gracia y tiene gracia.
He visto éste mismo monólogo contado por otras personas y no me he reído lo mismo (http://www.youtube.com/watch?v=3d76580JB2A)
Volviendo a la película, es bastante predecible sobre todo la conversión de los padres de la muchacha y el lío final de la chica y a la mitad de la película cuando la trama se estanca es porque también lo hace esa "progresión amorosa" y parece que pierde fuelle.
Como ya he dicho el ser predecible hace que arruine en mi opinión el final porque se ve venir de lejor y el final me parece poco ingenioso.
Aun con todo como decís no es una mala película.
P.D. Nos estamos aficionando a soltar la coletilla "comparado con las películas que hay ahora/mil americanadas" ya que aunque el cine americano da a luz muchas mierdas y baja el nivel general del cine, no por ello tenemos que bajar también nosotros ese nivel "por encima de lo normal" y ya permitir muchas otras cosas.
Me alegro de que te gustara. A mí también me pareció Vicky Cristina Barcelona una mala película, tal vez de las más decepcionantes de Woody Allen; así que ha sido toda una alegría ver que ha recuperado su pulso creativo.
Como seguidora incondicional de Woiody,todas me gustaron,unas más,otras menos,ésta última me ha encantado.
saludos!
También me considero seguidor incondicional del cine de Woody Allen y es verdad que ésta última me ha gustado más que algunas de sus anteriores.
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