Cuando vi esta película en su estreno, me gustó pero no me pareció esa gran obra que la crítica elogiaba. Ahora la he vuelto a ver, cinco años después, y reconozco que me ha parecido mucho mejor de lo que recordaba.
Clint Eastwood, con su sabiduría habitual, dirige e interpreta una historia en la que el boxeo sirve de excusa para hablar de la vida, de las soledades, de las relaciones, de Dios, de la familia,....pero no por ello se olvida de hacer creíble la ascensión como profesional de una boxeadora y para mostrar unos combates francamente bien rodados.
Además, el relato es valiente, y en la parte final, no obvia el desastre físico en que cae la protagonista después de su último combate y entra en el debate de la eutanasia, que a pesar de la oposición de los que se creen bienpensantes y de la religión católica, no es tan debatible en la mente de ese entrenador que ha visto cómo su alumna aventajada no es ni un leve reflejo de aquella chica que se comía a sus rivales en el cuadrilátero.
La película no sólo tiene méritos por su desenlace y desarrollo temático sino que está plena de principio a fin de un ritmo visual magistral, de unas interpretaciones soberbias y de una fuerza cinematográfica que deja poso en el espectador. En esta segunda visión más pausada y más alejada de su fecha de estreno sí que me ha convencido del todo.
Clint Eastwood, con su sabiduría habitual, dirige e interpreta una historia en la que el boxeo sirve de excusa para hablar de la vida, de las soledades, de las relaciones, de Dios, de la familia,....pero no por ello se olvida de hacer creíble la ascensión como profesional de una boxeadora y para mostrar unos combates francamente bien rodados.
Además, el relato es valiente, y en la parte final, no obvia el desastre físico en que cae la protagonista después de su último combate y entra en el debate de la eutanasia, que a pesar de la oposición de los que se creen bienpensantes y de la religión católica, no es tan debatible en la mente de ese entrenador que ha visto cómo su alumna aventajada no es ni un leve reflejo de aquella chica que se comía a sus rivales en el cuadrilátero.
La película no sólo tiene méritos por su desenlace y desarrollo temático sino que está plena de principio a fin de un ritmo visual magistral, de unas interpretaciones soberbias y de una fuerza cinematográfica que deja poso en el espectador. En esta segunda visión más pausada y más alejada de su fecha de estreno sí que me ha convencido del todo.
4 comentarios :
A esto es a lo que me refería el otro día al comentar que el cine francés actual me parece ñoño. Siempre presentan problemas que en realidad no lo son, porque siempre dan inmediatamente la solución basada en la buena voluntad, etc. No son capaces de presentar problemas que se les vayan de las manos y que dejen al espectador verdaderamente inquieto, como hacen Eastwood, por ejemplo, -pienso ahora en el cine británico- Neil Jordan o Ken Loach. En el fondo el cine francés es penosamente timorato.
Supongo que estamos de acuerdo en que nuestra cartelera está saturada de cine angloamericano, que nos venden todo, independientemente de su calidad... y la mayoría de lo que nos venden es mierda, pero hay que reconocer que, dentro de la excelencia, siguen haciendo excelentes películas y, en mi opinión, actualmente cuentan con directores con una capacidad crítica que no veo en el cine europeo continental (insisto que pongo UK aparte).
Un saludo
No me había planteado que el cine francés acual no entrara a fondo en los problemas reales. En realidad, creo que es algo habitual en casi todas las cinematografías. Parece que cuesta mostrar la crudeza de la vida y dejar desencantado al espectador al no hallar soluciones a los problemas planteados. El típico debate sobre la necesidad del "happy end" es más antiguo que el cine. En España el cine que más se estrena de Europa es el francés y por eso nos llegan más películas malas que de otras cinematografías. En cuanto al cine americano, aqui se estrena tanto cine USA que nos comemos muchisimos subproductos inclasificables. Por ejemplo, cine italiano, aleman, escandinavo, llega muy poco, y lo que se estrena en España, se supone que es lo mejorcito que allí se produce porque sus subproductos se quedan para consumo local.
Claro que nuestras carteleras están invadidas de cine angloamericano y claro que estoy de acuerdo en que la mayoría es una auténtica bazofia. A mí siempre me ha sorprendido que el cine de UK tratara temas que otros países ignoran (temas laborales o sociales) con Ken Loach a la cabeza de esa manera de hacer cine. En Francia también se hace ese cine, te lo aseguro, yo por lo menos lo he visto. Aquí tenémos a Fernando León de Aranoa, que tampoco se corta a la hora de abordar temas sociales, algo raro en España. De todas formas, siempre hay excepciones y existen películas americanas independientes que no son nada timoratas, películas francesas muy valientes y películas no europeas que también siguen esos pasos de atreverse a mostrar la realidad sin edulcorarla.
A ver, sin ánimo enciclopédico voy a enumerar varias películas de estos últimos años que he comentado en el blog y que me parece que no son nada condescencientes con el tema tratado, es decir, que no son ñoñas:
-Tres dies amb la familia (España)
-Lions for Lambs (USA)
-Call Girl (Portugal)
-Lilja 4-ever (Suecia-Dinamarca)
-The Visitor (USA)
-Etz Limon (Israel-Alemania-Francia)
-Camino (España)
-Letters from Two Jima (USA)
-Flags of our fathers (USA)
-Entre les murs (Francia)
-Gomorra (Italia)
-En la ciudad de Sylvia (España)
-L'heure d'éte (Francia)
Bueno, ya lo dejo. A mí todas esas me gustaron y me parece cine valiente e inetresante.
La verdad es que no me gusta mucho generalizar. No creo que sea cuestión de nacionalidades. Para mí el cine francés es el más interesante de Europa junto con el inglés y el español, pero en mi defensa queda que son los países con mayor producción cinematográfica del continente, y con más estrenos en España, y que por ello siempre hay excepciones que sobresalen del nivel penoso habitual sobre todo del cine comercial fuera de los circuitos de VO que hay en Madrid, Barcelona y cuatro sitios más.
Es cierto que las generalizaciones son malas, tanto como inevitables.
Respecto al "happy end", una aclaración: a mi me encanta. Me encantan las películas que son como cuentos de hadas, donde desde el principio sabes que los personajes van a "sufrir" para, al final, ser felices y comer perdices. Eso los americanos lo han hecho de maravilla -hoy ya no tanto-, y de hecho es mi cine favorito (dos ejemplos: El hombre tranquilo y My fair Lady)....
Pero eso es una cosa y otra es que me presenten un producto pretendísamente "crítico y problemático" y que al final resulta que con todo se resuelve con buena voluntad y edulcorante... en eso me temo que los franceses sí que son especialistas, mientras que los yankees son más sincero: cuando te ponen una película con happy end, te lo dejan claro desde el principio.
Million Dollar Baby: ¡Que pelicula!
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