Segunda película rumana que veo, después de 4 meses, 3 semanas, 2 días y al contrario que ese drama en el que una joven intenta abortar, aquí se trata con humor el intento de un programa televisivo por reconstruir el momento en el que el dictador Ceausescu tuvo que abandonar el país y para ello se reune dieciséis años después delante de las cámaras a tres personas que presumiblemente vivieron ese hecho histórico.
Tiene una primera parte en la que se nos cuenta la vida actual de esos tres personajes y con austeridad pero también con mucho estilo y brillantez, el director sabe llevarme hasta su parte final en la que me he reído mucho y me he alegrado de haber disfrutado con esa manera tan ocurrente y simple de rodar una buena película.
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