14 de enero de 2008

La trilogía cinematográfica de SPIDER-MAN de Sam Raimi


Me considero un seguidor del cómic de Marvel. He leído desde niño muchas historietas del trepamuros y en mi estantería es el cómic del que tengo más ejemplares. También he visto la serie de animación y los filmes que se estrenaron de la serie televisiva de los años 70. Así que, con estos precedentes, es lógico que me haya interesado la trilogía que San Raimi ha dirigido sobre este superhéroe.

Las dos primeras entregas fueron grandes éxitos de taquilla y la tercera lleva parecido camino. Supongo que serán muchos los fans del cómic que se hayan gastado su dinero en las entradas, así como todo ese público interesado por el personaje o simplemente con ganas de ver una superproducción de cine fantástico.

Sam Raimi ha cumplido con su cometido. Ha hecho un buen trabajo y ha sabido plasmar adecuadamente el espíritu de los cómics de Stan Lee. Todo ello dentro del estilo propio del director y de su propia visión como seguidor del material original. Las comparaciones son odiosas y Raimi, ha sido fiel a las historietas con los lógicos cambios argumentales, de personajes, credibilidad o solamente de diferencia entre el arte secuencial de las viñetas y el arte cinematográfico de las imágenes.

Está claro que a un fanático del cómic no le va a satisfacer plenamente ninguna adaptación, sea la que sea, pero si se recuerdan las últimas adaptaciones a la pantalla grande de superhéroes Marvel: Hulk, Electra, Daredevil, Los Cuatro Fantásticos, X-Men, o El Castigador; es indiscutible que Spidey les gana a todos con amplísima diferencia.

Basta de reflexiones. Hay que decir sin más que las tres pelis de Spider-Man son muy entretenidas. Sus personajes están bien caracterizados (vale que algunas cosas no funcionan, como la química entre Mary Jane-Peter Parker o la cara de panoli que pone a veces Tobey Maguire), los villanos escogidos son dignos de aparecer y los efectos especiales hacen que las escenas de acción, los vuelos de Spider-Man y las peleas, sean, sin lugar a dudas, espectaculares.

No voy a hacer una reseña de cada una de las películas ya que para mí la trilogía es todo un bloque conjunto, tanto en calidad como en la autoría de sus creadores: director, equipo técnico e interpretes. De todas formas, paso a reseñar algunas características de cada una de ellas.

En la primera entrega, principalmente se nos cuenta que Peter Parker se convierte en Spider-Man, el tio Ben muere con lo que Peter aprende que “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, el Duende Verde es el villano y se nos muestran las andanzas amorosas de Peter con Mary Jane. También aparecen otros personajes importantes en el cómic como Flash Thompson, Betty Brant, el Rompehuesos, Harry Osborn, la tía May y J. Jonah Jameson. Visto lo visto, un aficionado al cómic no se puede quejar. La trama es interesante, con la doble personalidad Peter/Spider-Man y el final de la peli con la escena en la que Peter renuncia al amor de la chica para no ponerla en peligro es de lo mejorcito de la cinta.

En la segunda película, se reincide en la historia amorosa, el villano es superior al de la primera ya que el Doctor Octopus está magníficamente interpretado y recreado; y además aparecen nuevos personajes cómo Curtis Connor y John Jameson. Las escenas de acción son más espectaculares porque el malo de la función también lo es y la peli se resuelve tan bien como la primera ya que ahora Mary Jane ya sabe que Peter es Spider-Man y no por ello quiere dejar de ser su chica, por lo que los espectadores al final nos quedamos con ganas de saber que va a seguir pasando en la vida de la parejita.

Y en la tercera cinta, tenemos tres villanos: el Nuevo Duende Verde, el Hombre de Arena y Venom. Peter/Spider-Man se enfrentan a su lado oscuro. Tenemos nuevos personajes: Gwen Stacy, su padre el Capitan de policía o Eddie Broc. Como es de prever, la espectacularidad de las escenas de acción va en aumento con más batallas y por otro lado, la trama amorosa sigue siendo parte de la historia. Los hilos argumentales se cierran con la muerte de varios personajes y el punteado final de varias subtramas.

Es obvio que la trilogía tiene sus defectos y sus virtudes, pero en general es un buen producto, entretenido y de mayor calidad que otras superproducciones fantásticas que la mayoría de las veces toman al espectador como idiota. A mí, supongo que como a todo el mundo, hay cosas que me gustan y otras que no tanto.

De las cosas malas, echo en falta más diálogos socarrones de Spider-Man cuando pelea contra los villanos; me cansan algunas de las escenas amorosas por repetitivas; la locura del personaje del Duende Verde me resulta ridícula; me saca de quicio que la gente apoye a Spider-Man cuando eso no está tan presente en el cómic; creo que a veces la parodia humorística es excesiva y sobre todo no me convence el personaje del Duende Verde con su locura, siendo el actor Willem Dafoe el que menos me gusta de todos los que aparecen. Por último, también me sobra el tono patriotero de un par de planos con la bandera americana detrás del superhéroe.

De lo que me gusta hay mucho. En primer lugar los maravillosos títulos de crédito y que la narración no presuponga que el espectador tenga que saber algo previo sobre el personaje. Algunas escenas son míticas: el beso de Spider-Man y Mary Jane bajo la lluvia, la secuencia gore del hospital con el Doctor Octopus; el traje de Spider en la basura igual que la portada del cómic número 50 de Romita; Spider-Man con el traje negro sentado en lo alto de un edificio; la transformación de El Hombre de Arena y muchas más que no voy a enumerar para no hacerme pesado.

Por supuesto que entiendo algunos de los cambios de argumento y aunque no todos los comparto, creo que están bien resueltos. Mary Jane es la chica desde el principio en vez de Gwen Stacy y claro, no muere asesinada por el Duende Verde como en el cómic; o a Spider le sale la telaraña del cuerpo y no de unos lanzarredes fabricados por el chico listo.

En resumen, las películas no las calificaría de obras maestras pero si de entretenimiento de primera calidad. No hay que darle más vueltas a algunos de las críticas negativas que le han caído encima desde diferentes sitios. El cómic de Stan Lee, Steve Ditko, John Romita y tantos otros, es un buen material de partida, pero muchos de los defectos que le achacan a las películas ya están presentes en el cómic, así que no me vale que me digan que los personajes son clichés estereotipados y que lo más importante es la acción, ¡en el cómic también es así y a mí me gusta!.

Más vale, ver todo lo bueno que esta trilogía arácnida tiene, Ojalá se haga una cuarta película con el mismo equipo y podamos disfrutar de villanos cómo el Lagarto, la Viuda Negra o cualquier otro de los cientos que salen en las viñetas de Marvel.

Esta trilogía conserva muchas cosas que parecían difíciles de mantener. Una gozada que se muestre claramente la dualidad Peter Parker/Spider-Man, principal característica del cómic, así que es de agradecer que Raimi no haya olvidado mostrar al crío con problemas cotidianos en contraste con el superhéroe que lucha contra el mal.

No hay más que decir que si nos sentimos atraídos por este superhéroe, si nos gustan las pelis de acción fantásticas, si queremos pasar un buen rato….Bueno, no hace falta ni que acabe la frase. Si a todas esas cuestiones respondemos afirmativamente, seguro que ya no dudamos en que tenemos que ver la trilogía enterita de nuestro vecino favorito: Spider-Man. Yo ya lo he hecho.


*Publicado el 19/5/07 en Apuntes sin papel.

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