28 de noviembre de 2010

PHONE BOOTH (Última llamada, 2002) - Joel Schumacher




Un publicista, mentiroso, embaucador y acostumbrado a salir airoso con sus embustes; utiliza una cabina telefónica para llamar a una aspirante a actriz, a la que desea,  al margen de su matrimonio. En esa cabina atenderá la llamada de un francotirador que le informa de que si no cumple sus órdenes, le matará desde la ventana de uno de los edificios que le rodean.

La acción se sitúa en esa cabina telefónica dónde estalla el conflicto.  La policía,  las prostitutas que trabajan en esa calle, la mujer del publicista y todos los curiosos atraídos por el jaleo irán apareciendo. Y es el que todo ocurra en un único lugar, así como que al malo solamente le tengamos presente por su voz al otro lado de la línea telefónica, lo que hace original la propuesta cinematográfica.

Lástima que el increíble guión que a la vez está repleto de moralina (el publicista es elegido por su forma de vida, su infidelidad y su falta de valores éticos) se vaya diluyendo según transcurren los minutos. Colin Farrell es el protagonista y lo hace bien dentro de las limitaciones de su personaje, Forrest Whitaker es el capitán de la policía que acude al lugar del incidente; y la esposa y la actriz son Radha Mitchell y Katie Homes. 

La parte final ya es un cúmulo de despropósitos en los que se intenta sorprender al espectador, sin que la historia fluya con realismo y con la presencia de todos los defectos del guión. No hay porque preocuparse, su director es Joel Schumacher, alguien que ya nos tiene acostumbrados a películas que no llegan ni al aprobado. Por lo menos, en Phone Booth (el título original de "cabina telefónica" en España se ha reconvertido en un ridículo "última llamada"), hay un buen planteamiento inicial y dosis de tensión en la primera parte del metraje. 

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