Ya ni me acordaba de Steven Soderbergh, un director que me enganchó a su Sexo, mentiras y cintas de vídeo, hace más de veinte años y que después me pareció cada vez más mediocre.
Pues aquí no está mal la película que rueda sobre psiquiatras y fármacos. Un buen reparto y una historia con sus dosis de intriga hasta el final de la historia.
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