Es dura la vida de la protagonista. Su padre pasa de ella, tiene un bebé, trabajos precarios y un novio que no está enamorado. Sí, la vida es dura cuando hay que vivir en un pìso de acogida. mantener a tu pequeño y casi no tener tiempo para dedicártelo a ti. No importa que tu padre sea un ladrón o un vulgar oficinista. Si no hay amor, si él ya tiene suficiente con sus historias y no se preocupa de su hija, ésta lo tiene que asumir y salir por sí sola hacia delante.
Todo esto lo cuenta con acierto la película. Los actores muy adecuados, para mí un descubrimiento la hija de Eduard Fernández, Greta Fernández, que sabe darle a su personaje la medida justa para llevarnos por su historia sin altibajos.
La directora debuta en el largo y lo hace con solvencia. Sabe contar la vida de una persona desfavorecida por sus circunstancias, saber poner los puntos en la desigualdad entre hombres y mujeres, rueda magníficas secuencias como la de la fiesta de la comunión, enriquece la historia con los secundarios y me parece que hace un trabajo muy interesante que me tiene pegado a la pantalla.
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