Película hispano-argentina en el que de España solo hay financiación, por parte de la productora de los hermanos Almodóvar, por lo que se trata de un equipo técnico y artístico argentino.
Cuenta la historia de un delincuente famoso en su país, Carlos Robledo Puch, porque con menos de veinte años se convirtió en un ladrón y asesino. Por lo que he leído después, la historia real fue más dura de lo que cuenta el filme que, por ejemplo, no habla de las violaciones cometidas por uno de sus compañeros de fechorías. Destaco la ambientación.
La película consigue que al mismo tiempo que asistimos a los crímenes del delincuente, veamos su parte más humana y no sintamos mucha repulsión sobre un personaje que debería de darla según avanza en su carrera criminal. Bien retratado, con tensión y personajes creíbles, la trama contiene escenas duras pero envueltas en el halo de una persona transgresora sin razón para serlo, sin escrúpulos ni moral a pesar de su juventud. Igual que se deja llevar por el baile también lo hace por sus instintos cuando quiere conseguir algo aunque las compañías le marcan mucho la evolución de su personalidad.
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