Segunda de las tres películas que el catalán Jaume Collet-Serra lleva estrenadas con Liam Neeson, precedida por Unknown (Sin identidad, 2011) y continuada por Run All Night (Una noche para sobrevivir, 2015). Todo un aquillazo que estuvo en el primer puesto de recaudación en USA y que mantiene la buena colaboración entre actor y director.
Bill Marks es un agente federal que protege los vuelos trasatlánticos. En esta ocasión lo hace en un vuelo Nueva York-Londres al que, además de sus problemas familiares y con el alcohol, se une que recibe un mensaje en su móvil en el que uno de los viajeros, amenaza con matar a un pasajero cada veinte minutos si no se le ingresa la considerable cifra de 150 millones de dólares en una cuenta bancaria.
Increíble trama que podría estar mejor resuelta pero que su no verosimilitud, llena de topicazos y lugares comunes, y le arrastra hacia un desinterés total por mi parte como espectador. Es cierto que, en un principio, me logra entretener aunque no considero que ese entretenimiento tenga que estar reñido con una trama algo más creíble.
Policía y terrorista se comunican vía whatsapp y eso, a pesar de que está bien resuelto con lo mensajitos surgiendo fuera de la pantalla del móvil, me supone un elemento extraño que me dispersa de la acción. La parte final ya roza el ridículo en una secuencia que canta a efectos digitales por todos lados y donde el héroe hasta tiene tiempo para salvar a una niña, mientras el avión aterriza partido por la mitad.
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