Dos caminos me llevan a interesarme por ver esta película que no pude conocer en su estreno. Por un lado que su director me dejó bastante buen sabor con algunas de sus anteriores obras (Cachorro, Ataque verbal o El cielo abierto) y, por otro, que la historia se inspira en ese cine de quinquis que he visto en mi juventud.
Lo malo de Volando voy es que su principio me parece inverosímil en las interpretaciones que rezuman diálogos impostados. Me hubiera gustado mayor verosimilitud, algo que se consigue a lo largo de que avanza el metraje. Tampoco me gusta el niño que hace de protagonista al que no me creo como el delincuente que interpreta.
No reconozco esta película en el estilo de comedia de Albaladejo ni tampoco como un buen film del género de quinquis que tan popular fue en los años ochenta. No me ha parecido un cine que se le de bien a este director acostumbrado a la comedia costumbrista.
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