Ganadora de los premios Oscar a mejor película y guión original, se trata del relato de la investigación por el equipo periodístico denominado "Spotlight" del períodico Boston Globe, del escándalo de los abusos pederastas de los sacerdotes de esa localidad.
La trama avanza sin concesiones al morbo, al efectismo o a recrearse en las escenas de abusos. Más bien todo se basa en la investigación, en el trabajo de los periodistas, en las trabas con que se encuentran por el camino y en que el horror se quede más en un segundo plano, en las entrevistas, en los rostros de las víctimas o en la imaginación del espectador.
Esta decisión narrativa es su mayor acierto y lo que eleva el producto aunque no muy por exceso como para ser considerada una gran película. Está bien contada, el reparto está sobresaliente y también es loable su carácter de film denuncia, pero no consigue emocionarme salvo en las ganas de que los periodistas encuentren el hilo que les lleve a descubrir a los sacerdotes culpables de los abusos y así denunciar como el sistema eclesiástico los esconde de la opinión pública.
A mí me recuerda en ese tono de denuncia a Todos los hombres del presidente (1976) - Alan J. Pakula. Por otra parte, su director es un tipo que me ha convencido en varios de sus anteriores películas y me alegro que una de ellas haya conseguido la codiciada estatuilla, como me agrada que en el reparto esté un actor que me gusta bastante: Mark Ruffalo.
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