La fama como peor director del mundo, le viene a Ed Wood, sobre todo por esta película y, aunque no creo en esos calificativos del peor o el mejor, no me extraña que algunos le califiquen así por este producto.
Los extraterrestres han decidido poner en marcha su plan 9, resucitar a los muertos de un pequeño cementerio, para que así los humanos dejen de seguir construyendo bombas con las que ponen en peligro al universo. Así es el argumento de este film que mezcla ciencia ficción y terror, con ausencia total del sentido del ridículo.
Los zombis están encarnados por unos mudos Vampira, Tor Johnson y Bela Lugosi, aunque este último había fallecido antes del rodaje y es sustituido por otro actor, a pesar de que aparece en algunos planos que el director conservaba del húngaro. Las apariciones de los tres monstruos son ridículas y totalmente fuera de lugar. Claro que la ridiculez y escasez de medios, es similar a lo que vemos de los extraterrestres en la nave espacial, los pilotos en la cabina del avión, los mismos planos repetidos del cementerio o los platillos volantes.
El desarrollo de la historia avanza sin ningún interés, salvo el de ver que nueva chapuza perpetra el director. Los diálogos a veces son totalmente carentes de credibilidad, los escenarios salvados con unas cortinas y la cámara muestra una y otra vez los mismos planos; pero si algo me llama la atención es la voz del narrador que insiste en contar cosas vemos en pantalla sin añadir nada a la acción.
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