Después de La serpiente a la sombra del aguila (1978), la siguiente película de kung fu que pude ver en mi adolescencia es ésta que, de nuevo, en su título en español hace referencia a animales como también pasaría en el siguiente título del mismo director: La danza de la pantera borracha (1979) pero esta última ya sin Jackie Chan.
El actor asiático fue nombrado el sucesor del fallecido Bruce Lee, pero su carrera se diferencia claramente de éste en que a él le gusta un cine de artes marciales combinado con el humor. Humor que a mí me resulta demasiado grueso: con personajes histriónicos, chistes tontos, combates ridículos que lo mismo se sirven de la borrachera, de la imitación de movimientos de animales, del amaneramiento o de secuencias escatológicas como tirarse un pedo en la cara del rival.
No es todo tan malo como puede sonar en el párrafo anterior ya que también esta película tiene su encanto, sobre todo porque hay buenos combates y personajes con carisma, así como que al asociarlas a mi niñez me traen buenos recuerdos de sesiones dobles en el cine de mi pueblo. Después ya no he seguido la carrera del actor y no he visto ni uno solo de sus estrenos norteamericanos.
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