Argumento: Un conductor de ambulancia, una enfermera, un entrenador y la joven atleta de gimnasia rítmica al que éste entrena, forman un grupo con el nombre de Alps, que se dedican a hacerse pasar por personas fallecidas. Su trabajo consiste en suplantar, frente a amigos o familiares, a los seres queridos que murieron y así servirles de ayuda para aliviar el dolor por la pérdida.
Director: Siguiente largometraje del griego Giorgos Lanthimos después de su aclamada Kynodontas (Canino, 2009).
Actores: No conozco a los actores debiendo destacar, por su mayor participación en este largometraje, a Aggeliki Papoulia que interpreta a la enfermera.
Datos: Lanthinos rueda de una manera muy precisa: frío, sin practicamente banda sonora, concreto en lo que quiere mostrar y con encuadres o desenfoques que no buscan la belleza estética sino un estilo que se puede denominar feista.
Crítica: La historia me gusta como lo hace un cine que encuentra en lo raro un ambiente morboso con el que se analizan aspectos como la incomunicación, violencia y solitaria vida de los personajes, extrapolable a la sociedad; pero no me convence el estilo que me aleja mucho del resultado final. Es una disección pura del relato sin ningún tipo de concesiones. Una trama que hace pensar al espectador aunque para mí, con una narrativa que no es adecuada. Sí que hay escenas en que los extraños encuadres me parecen acertados pero, en general, prefiero un uso de la cámara más clásico o, por lo menos, no tan radical en su extrema antipatía. En conclusión, sigue siendo interesante lo que el director cuenta pero me gustaría más si lo contara de otra manera.
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