7 de febrero de 2014

BOE, CINE Y FRANQUISMO - Raúl C. Cancio Fernández



Este libro publicado dentro de una colección que reúne textos que muestran la relación entre el cine y el derecho, se ocupa de la influencia del derecho administrativo como configurador del cine español desde el final de la guerra civil en 1939  hasta la muerte del dictador en 1975.

Con datos muy precisos de las leyes, organismos y personas que fueron significativos para la regulación legal de la cinematografía nacional, el texto se introduce con ejemplos claros de como, principalmente la censura del franquismo, fue la que marcó las lineas del cine que se podía ver y realizar en España.

Lo que más me ha gustado de su lectura es la recopilación de datos concretos sobre el efectivo trabajo del doblaje como mecanismo censor, el cambio de la autoridad censora de manos del estamento militar al eclesiástico, los apartados dedicados a films como Raza, El crucero Baleares, Rojo y Negro o Viridiana, la trayectoria de la productora CIFESA o el Circulo Cinematográfico Español, así como el sentido común del autor en la valoración de cineastas, películas y movimientos que surgieron en esos años a pesar de la mortaja moral e ideológica que el franquismo impuso en el cine.

Tengo muchas carencias en mi visión como espectador en el cine de esos años ya que, salvo algunas de las películas más importantes,  sobre todo he visto cine español a partir de la transición pero lecturas como ésta, me despiertan la curiosidad por ver películas encuadradas en la época que trata el libro y también de seguir conociendo datos de como la censura infuyó de manera tan importante en el cine español y en el cine extranjero que se exhibía aquí.

Finalizo con un texto extraído del libro en el que se dice: "el doblaje obligatorio fue una calamidad que se manifestó en dos direcciones: en primer lugar, en la configuración de una serie de hábitos indelebles en los consumidores de cine españoles, renunciando casi inconscientemente a las voces y modulaciones originales y, en segundo lugar, en la arbitraria y escandalosa manipulación de los textos doblados a cargo de la censura, produciéndose efectos tan surrealistas como cuando Charles Boyer le pregunta a Ingrid Bergman si es su marido y la actriz sueca, a la vez que negaba con la cabeza, pronunciaba un españolísimo "si" en Arco del Triunfo (1947)

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