Cuando ya se encuentra en cartel la segunda entrega de la adaptación de Peter Jackson de El Hobbit de Tolkien, veo la primera parte de este nuevo proyecto en el que el director vuelve a rodar una trilogía tolkeniana después del rotundo éxito de El señor de los anillos.
Mientras que los tres volumenes literarios de esa primera trilogía siempre se me han atragantado (no he pasado del primero y todavía recuerdo con pavor las cancioncillas o las abundantes descripciones de sus páginas), El Hobbit siempre me ha gustado mucho y tengo hasta una edición de lujo anotada que he releído varias veces. Este precedente literario es el que más me anima a volver a meterme en el mundo de los hobbits, elfos, orcos y demás criaturas que pueblan las historias fantásticas traspasadas del papel al cine con el, en general, entusiasta fervor de sus miles de admiradores.
El Hobbit comienza con un gran acierto por parte del director ya que enlaza la trama con lo que se contó en El señor de lo anillos y además, durante su metraje, enriquece la historia con material que salen en otros relatos de Tolkien, dotando de mayor profundidad al cuento infantil (lo que es en realidad) del que parte la película.
Reconozco que la larga escena en la que los enanos se reúnen en la casa de Bilbo se me hace larga pero a partir de que la expedición viaja en busca del dragón Smaug, vuelvo a meterme de lleno en las andanzas de estos pequeños héroes y asisto con emoción a sus avatares llenos de peligros. Al final, acabo con ganas de ver la continuación de la historia y me quedo maravillado con la plasmación de la secuencia de las adivinanzas entre Bilbo y Gollum como mi parte preferida de toda la película.
Peter Jackson puede que haya hinchado la historia (no me parece necesaria una trilogía) y también que el ritmo a veces es demasiado lento, pero es cierto que lo hace con maestría y mi sensación final es que es quién mejor la podía llevar a la pantalla. No es simplemente más de lo mismo y aunque no sorprenda tanto como lo hizo anteriormente, es un placer volver a encontrarse con el universo tolkeniano en ésta bonita historia de la lucha entre el bien y el mal en un mundo de fantasía.
Peter Jackson puede que haya hinchado la historia (no me parece necesaria una trilogía) y también que el ritmo a veces es demasiado lento, pero es cierto que lo hace con maestría y mi sensación final es que es quién mejor la podía llevar a la pantalla. No es simplemente más de lo mismo y aunque no sorprenda tanto como lo hizo anteriormente, es un placer volver a encontrarse con el universo tolkeniano en ésta bonita historia de la lucha entre el bien y el mal en un mundo de fantasía.
2 comentarios :
Yo no sé si esta nueva trilogía es en realidad más de lo mismo, pero sí que me lo paso muy bien con estas películas. Por cierto, si me permites una recomendación, ve a ver la segunda en pantalla grande. Se pierde mucho viéndola en TV, aunque supongo que eso no tengo que decírtelo...
Por supuesto que prefiero verla en pantalla grande (ésta y cualquier película) pero es que cuando se estrenó me pilló en mala época. La segunda ya la he visto en cine. En un ratito escribo una breve reseña.
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