No quiero acabar las reseñas del 2013 sin mencionar algo que ya ocurrió hace unos meses, en concreto en el pasado mes de julio, cuando pude ver una película en el cine de verano del parque Calero del barrio de la Concepción de Madrid.
Al igual que he querido destacar que hace poco estuve viendo El Padrino en una sala madrileña, me gustaría también resaltar que los cines de verano fueron habituales en mi niñez y juventud valenciana, cuando tanto en Sagunto como en Canet, asistía durante el estío a estos cines veraniegos.
Recordando creo que la última película que había podido ver en un cine de verano, fue Un pez llamado Wanda, y este año he podido hacerlo con Lo imposible. Lástima que, como es habitual en estos cines populares, fuera una proyección de la película doblada pero como ya la había visto en versión original no me importó tanto.
1 comentarios :
Está bien que no se pierda esta tradición de las terrazas de verano. Por las cercanías de Valencia todavía sobreviven algunas, aunque yo hace muchos años que no veo una película bajo las estrellas, desde que desaparecieron las terrazas de mi pueblo...
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