Un hombre que vive con la mitad del cuerpo paralizado, quiere perder su virginidad y para ello es aconsejado por una terapeuta y un sacerdote.
Por lo tanto, las sesiones a las que el protagonista se somete, son las que tiene con la mujer elegida para lograr hacer el amor por primera vez en su vida y el film mantiene un tono sensible en el que el espectador se tiene que poner en la piel de una persona con las carencias físicas y las necesidades del disminuido.
En mi caso, la película consigue que me interese solo en parte lo que le ocurre a esta persona, pero en general, ni su historia ni la manera en que está contada, logra que me enganche a los personajes. Mi mayor problema viene porque no logro sintonizar con el humor del protagonista y me quedo como lo más destacable con la interpretación de Helent Hunt.
Poniéndome quisquilloso, a mí me sobra la figura del sacerdote que, supongo, que aparece para cubrir la parte de moral religiosa a la que la película no puede sustraerse y omo lo más lamentable, que el cuerpo de ella pueda mostrarse sin ningún pudor, mientras que el de él oculte sus genitales. Ya que estamos metidos en comprobar como un hombre impedido físicamente quiere lograr hacer el amor, no entiendo que se nos hurte esa parte importante de su fisonomía que, para mí, es algo muy importante en el relato.
Pegas aparte, la película es buena aunque a mí no me parezca la maravilla que otros elogian.
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