Daniel Sánchez Arevalo lleva una carrera más que interesante, en la que ha conseguido éxito de público y el beneplácito de la crítica.
Con La gran familia española, es tan listo de meter en el argumento de la película, esa catarsis futbolera que supuso que la selección española de fútbol ganara el Mundial de Sudáfrica. Así ya tiene a un montón de aficionados dispuestos a pasar por taquilla (me incluyo el primero) para comprobar como funciona esta comedia con reparto coral.
Y la verdad es que la película funciona, entretiene, tiene sus escenas graciosas y además el director se permite el lujo de innovar en alguna secuencia con alardes narrativos, algunos tal vez algo cansinos o videocliperos (los flashbacks y el baile), pero otros muy logrados (el dialogo de los novios con sus respectivas familias).
En general, la función se salva con aprobado. Algo en lo que tiene mucho que ver el plantel de actores de los que tengo que destacar a un interesante Quim Gutierrez y al genial Roberto Álamo que se defiende panza arriba en el papel que podría ser más risible. Definitivamente, Sánchez Arevalo vuelve a dar en el clavo y seguro que su película consigue sus objetivos tanto artísticos como comerciales.
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