Después del clamoroso éxito de Robocop, Desafío Total e Instinto Básico, el director holandés Paul Verhoeven, mantuvo una pelea perdedora con la taquilla y la crítica con sus siguientes películas: Showgirls, Starship Troopers y la que aquí nos ocupa.
A mí esta revisión del hombre invisible me interesa hasta tal punto que creo que sabe captar la mala leche que el personaje principal tiene al poseer el poder de la invisibilidad. Es cierto que en la película, se le van las manos en violencia, sexo y morbo, pero también que eso siempre ha sido un sello en la filmografía de su director.
En cambio, no creo que desmerezca para nada la gran labor que consigue con sus estupendos efectos especiales, la sensualidad de una arrebatadora Elisabet Shue, el papel de cabronazo de Kevin Bacon o lo bien resueltas que están algunas de las secuencias. Puede que su violencia sea gratuita, puede que al final se abuse de tópicos y también puede que el espectador medio fuese al cine creyendo ver algo más light y se encontró con algunas escenas desagradables o subidas de tono; pero eso no es excusa para encontrar en este título, muchas de las constantes del buen pulso narrativo de Paul Verhoeven. El problema es de quién fue a verla esperando encontrarse con un espectáculo juvenil y se encontró con otra cosa.
0 comentarios :
Publicar un comentario