Me maravilla esta película desde la primera escena en la que Paul Newman muestra sus dotes para el engaño a unos pardillos en un bar, hasta ese estupendo final en los billares.
Jackie Gleason está inolvidable como Minnesota Fats, así como Piper Laurie y George C. Scott. Claro que esos actorazos están dentro de una trama llena de alicientes que a mí, como espectador, me interesan mucho: el juego, las apuestas, el alcohol, la vida de los perdedores, la genialidad y el miedo a ganar.
Una historia universal aunque ubicada en las partidas de billar que el extraordinario Paul Newman como Eddie Felson, borda en su interpretación y ha quedado como uno de sus mejores papeles.
Veinticinco años después, Martin Scorsese rodó un muy buen remake que revisaré un día de estos, cuanto antes mejor...
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