El día antes de que se entreguen los premios Goya, ando buscando en que sala de Madrid puedo ver esta película, Al final solamente encuentro que la proyectan en una sesión de un multicine de un centro comercial al que no suelo ir. Me acerco hasta allí y me paso la película pensando en que es normal que la pongan en este centro comercial ya que es uno de los protagonistas de la película... No habrá paz para los malvados la he visto en los cines del centro comercial Isla Azul, escenario de un buen puñado de escenas y del intrigante final con el que acaba la historia.
Anécdotas personales aparte, Enrique Urbizu me sorprendió con La caja 507, y ahora creo que se ha marcado otra buena película de cine negro, con ese policía indeseable interpretado con maestría por un gran José Coronado. El inspector Santos Trinidad es el alma de la cinta: alcohólico, sabueso, violento, valiente y un buen puñado más de adjetivos que lo convierten en un personaje que deja huella.
La investigación paralela del Juzgado y del policía, consiguen que la trama sea interesante, pero también que a veces me pierda en los nombres de los sospechosos o en el interés de la historia. Prefiero quedarme con esas impactantes escenas de violencia, así como en el reflejo de un Madrid de barrio, de trapicheos, de buenos y malos, de leyes y delincuentes, así como del lugar que bajo la mirada de Urbizu, recrea perfectamente el cine de polis de toda la vida.
Helena Miguel, la cantante de Facto de la Fé y las Flores Azules, interpreta a la jueza Chacón. No lo hace mal, pero en comparación con José Coronado, todos los actores se quedan diminutos. De todas formas, acaba la peli y no considero que sea una gran obra. Está bien contada, es interesante y me ha entretenido, pero no es mi favorita para los Goya aunque también es cierto que salgo del cine mirando a los extintores del centro comercial con un poco de miedo.
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